spoon

últimas recetas

Corderito con vino blanco

0

Categoria : ,

El Cordero Pascual, es por tradición el plato elegido para el Domingo de Pascua. Esta receta de costillitas, es una opción rápida y exquisita de elaborar. 

Ingredientes:
10 costillitas de cordero - 50 grs. de manteca - 1/2 pocillo de aceite - 1 vaso de vino blanco - sal y pimienta - 1 cdita. de orégano mezclada con romero (partes iguales).

Procedimiento:
Poner al fuego un sartén con el aceite y la manteca, una vez caliente se ponen a dorar las costillas de ambos lados, salpimentar junto con el romero y el orégano una vez acomodadas en una fuente. Esta salsa volcarla sobre las costillas, sirviéndose acompañadas de rodajas de papas cocidas al natural salpicadas con perejil picado muy finito.

UN POCO DE HISTORIA:
Un animal tan inocente que mataban y comían los hebreos antiguos el 14 de Nisán, coincidente con nuestro mes de Abril, y que se va a convertir en el verdadero Cordero de Dios el cual, con su sangre derramada voluntariamente, salvará al mundo para siempre.
La Biblia, tal como la tenemos hoy, nos presenta a los israelitas celebrando a la vez tres acontecimientos que eran en sí unas fiestas separadas. Pero que, unidas, adquieren un significado religioso profundísimo como es el de la doble salvación: la de Egipto primero, y después la salvación eterna realizada por Jesucristo.
Vamos a explicarnos por partes: Cordero, ázimos, primogénitos.
Miramos primero lo más llamativo: el cordero. Era una fiesta pastoril. Los hebreos, antes de establecerse fijamente e Canaán y convertirse en agricultores, habían sido pastores. Cuando habían de emigrar buscando nuevos pastos, celebraban una fiesta familiar en la que mataban y ofrecían a Dios un cordero joven, intachable, de aquel año. Con su sangre, untaban las puertas de la tienda de campaña para verse libres de los ataques del demonio. Después lo comían en un banquete familiar. Este fue el origen del cordero inmolado.
Como los pastores aquellos estaban en marcha, venía el celebrar aquella cena familiar con vestidos de viaje y en plan de caminata.
Durante los siete días siguientes al banquete del cordero, comían panes sin fermentar, con el doble sentido de tener que comer aprisa por la urgencia de la marcha, y con un sentido religioso: lo viejo tenía que desaparecer y los panes debían ser sin fermentar por levadura vieja. Todo había de ser nuevo.
Además, la comida tenía que ir acompañada de hierbas silvestres, y hasta amargas, y no como las verduras ordinarias.

0 comentarios:

Publicar un comentario