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Budín inglés

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Infaltable en la mesa de nochebuena, o con cualquier excusa para prepararlos. Con su textura húmeda y las clásicas frutas secas y abrillantadas, esta receta es para lucirse ante la familia.

Ingredientes:
250 grs. de manteca - 400 grs. de harina 0000 - 300 grs. de azúcar - 6 huevos - 25 grs. de fécula de maíz - 15 grs. de polvo de hornear - esencia de vainilla - ralladura de limón - unas gotitas de rhum - 250 grs. de frutas surtidas.

Procedimiento:
Batir la manteca con el azúcar, las esencias y la ralladura de limón hasta formar una crema blanca, incorporar los huevos sin dejar de batir STOP! (ehh!! no olviden bajar la velocidad de la batidora, para no salpicar), seguir algunos momentos mas, para que espume. Ya fuera de la batidora, agregar la harina tamizada con el polvo de hornear y la fécula,  todo con movimiento envolvente. Por ultimo incorporar la fruta, enharinada STOP! (esto es importantísimo, para que las mismas no se vayan al fondo en la cocción). Colocar en moldes hasta las 3/4 partes, cocinar en horno moderado 160º C. Decorar a gusto.

NOTA: si no lleva frutas se debe reducir la cantidad de polvo de hornear a la mitad.

UN POCO DE HISTORIA:
El sello de oro de la comida navideña inglesa se lo otorga el Plum Pudding, un pesado pastel de frutas primo hermano de la torta galesa y pariente lejano del Budín que conocemos hoy. A diferencia de este último, el Plum Pudding se prepara con meses de anticipación y es llevado a la mesa con todos los honores que le conciernen, se le riega cognac y se flambea. Es tal el apego que este pastel tiene para este pueblo, que en muchas ocasiones se le denomina Christmas Pudding.
La receta cuentan los que se saben, se desarrolló a partir del Porridge de ciruelas aunque esta se parezca más a una sopa. El porridge consistía en caldo de carne con ciruelas y uvas pasas, especias, vino y pan rallado. Con el tiempo, el Plum porridge tuvo transformaciones devenidas por la historia y lo que empezó teniendo carne, quedó sólo con el sebo de la misma ternera.
Una vez cocido este Plum, se colgaba en cualquier sitio envuelto con tela para que madurara durante meses. El día de la navidad, el paquete se desenvolvía y se le introducían talismanes (monedas, herraduras, botones, etc), elementos todos que cumplían una función distinta en dependencia del afortunado que las encontrara. Entonces es lógico que cuando este era llevado a la mesa, luego de esa larga espera y con todos los amuletos que contenía, la entrada no podía ser menos que triunfal.

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